viernes, 29 de marzo de 2013

Recomendación del Blog para continuar conociendo algunas almas atormentadas, Eclipse Total, pelicula que retrata la vida del gran Rimbaud y Verlaine.
                                            

Con ustedes...el padre de los poetas malditos www.youtube.com/watch?v.


Charles Baudelaire
Encontramos en la poesía de Charles Baudelaire un doble aspecto de interés; como ocaso del Romanticismo y como puente hacia la Literatura Simbolista y precursor de la poesía del siglo XX.
En su concepción del Spleen, asco de sí mismo, o hastío, Baudelaire se aleja del Romanticismo y se acerca a la poesía pos- romántica. Baudelaire se hunde en la perversidad que lo llevará a la destrucción y a la muerte.
El primer aspecto en que nos fijaremos es entonces en ese concepto del Poeta que cambió decididamente la poesía occidental.
Mientras que la poesía de corte hugoniano concibe al poeta como un profeta que ilumina el porvenir, por lo tanto, "su misión es sagrada", en Baudelaire el poeta es un ser sufriente y agobiado, que está rodeado de sordos oídos y pétreos espíritus.
En el poema LES PHARES encontramos ya un mundo nuevo: la poesía es testimonio de dolor y de la dignidad humana en medio del llanto. Si bien con el símbolo del Faro, retoma un tema de estirpe romántica acá aparece decididamente transformado: el poeta es un ser sufriente que puede además llegar a ser desafiante.
Baudelaire introduce en 1859 la palabra modernidad, captar en la ciudad la belleza hasta ahora no descubierta. Lo moderno es lo transitorio y lo fugitivo: el poeta debe sacar de lo eterno lo transitorio. ¿En qué se convierte entonces el poeta, poco a poco desde Baudelaire? Creemos que hay en esta concepción un intento de reservarle al poeta un espacio privado, luminoso, que le permita descifrar las analogías del universo. Está pues fundando la actitud estetizante y aristocrática de los futuros torremarfilistas.
El poeta se transforma entonces en un decodificador del universo, un descifrador o intérprete visionario que ve allí donde los demás se encuentran perdidos. Por eso el dolor.
"Esas maldiciones, esas blasfemias, esos lamentos, esos éxtasis, esos gritos, esos lloros, esos Te Deum, son un eco repetido por mil laberintos; para los corazones mortales son un opio divino.
Es un grito repetido por mil centinelas, Una orden que mil portavoces envían; Es un faro iluminado mil ciudadelas, Un llamado de cazadores perdidos en los grandes bosques
Pues es realmente, Señor el mejor testimonio que podemos dar de nuestra dignidad ese ardiente sollozo que rueda a través de los siglos y que viene a morir a la orilla de vuestra eternidad
"

En este texto de enorme belleza ya concibe Baudelaire al nuevo poeta contemporáneo: en potencia hay ricos elementos que conformarán ya la estética simbolista. Es un testimonio ardiente del concepto del poeta; se mueve en medio de la oscuridad para iluminar pero es maldito porque ve y sabe lo que no debería, y canta lo que no se quiere escuchar. Hay sufrimiento en cada uno de los hemistiquios que plasman el ritmo entrecortado del llanto, además con el discurso asindético. Esos cazadores son los poetas, y si entendemos etimológicamente la palabra Símbolo, en una de sus acepciones podemos ver que se asimila a "red" o malla para atrapar. ¿Qué atrapa el poeta? Debe traducir, atrapar los significados ocultos. La simbología de los "bosques" por ejemplo va a ser intensamente explotada por la imaginería simbolista, en tanto objetivación de lo inconsciente, de los laberínticos espacios interiores. En el pensamiento primitivo, la asociación entre el bosque y el peligro, lo misterioso e intrincado, llevó a que se rindiera culto a los dioses allí o se los ubicara como morada de ellos. Es el poeta el que, con su verbo, debe traducir los símbolos trascendentes en IMÁGENES que acerquen al hombre a lo sublime. El sufrimiento del poeta por encontrar el verbo, la fórmula del lenguaje evocador, es lo que sin embargo testimonia la dignidad del hombre, que pese a todo se sabe finito, se sabe mortal. Frente a la Creación el poeta encuentra sólo vestigios de la divinidad y busca plasmarlos en símbolos, en analogías que operen en el lector una suerte de encantamiento sublime..."opio divino". El poema transforma ese concepto del poeta como iluminado y lo perfila como hiperlúcido y sufriente de su condición.

(Fuente: "De los malditos y la Poesía como conjuro evocador"Profesora. Leticia Collazo Ramos)

Bienvenidos...al infierno de las letras

Bienvenidos al blog especializado en literatura profana, en este espacio tendrán lugar escritores malditos, sus producciones, contextos históricos en el que fueron realizadas dichas obras y todas aquellas realizaciones artísticas que se acerquen de manera intertextual con la llamada "literatura maldita".
¡Desmitifiquemos al canon! Es hora de conocer a los malditos...